Educación y Aprendizaje

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Publicado el 2025-07-20 16:55

Redacción Crónicas Cotidianas

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En el Instituto Ramón y Cajal de Zaragoza, un experimento educativo ha captado la atención del profesorado y alumnado: la implementación de diarios creativos como herramienta para desarrollar la expresión escrita y emocional en adolescentes. La iniciativa comenzó como un proyecto extracurricular y terminó integrándose al currículo de Lengua y Tutoría.

Cada estudiante recibe un cuaderno decorado a mano que utiliza durante la semana para escribir reflexiones, dibujar ideas o relatar experiencias personales. La libertad temática y expresiva es fundamental: no se califican ni se corrigen ortográficamente, lo que permite una escritura más libre y auténtica.

“Al principio pensábamos que no escribirían nada, pero nos sorprendió su implicación”, comenta Raúl Sánchez, profesor de literatura. “Muchos encontraron en el diario un espacio íntimo para explorar sus emociones sin miedo al juicio”.

Además del beneficio emocional, los docentes han observado mejoras en la fluidez narrativa, la cohesión de ideas y la creatividad literaria. Algunos alumnos incluso han empezado a escribir poesía o relatos cortos por iniciativa propia.

El proyecto también ha fomentado la empatía. En sesiones voluntarias, algunos estudiantes leen fragmentos en voz alta, generando espacios de escucha y diálogo que fortalecen los vínculos del grupo.

Los diarios creativos han servido como termómetro emocional para detectar situaciones de vulnerabilidad. Orientadores escolares han intervenido en casos de ansiedad o bullying gracias a lo expresado por los jóvenes en sus textos.

Este enfoque ha sido replicado en otros centros educativos con diferentes adaptaciones. En algunos casos, se incorporan ilustraciones, collages o recortes que refuerzan el componente artístico del ejercicio.

En lugar de imponer un formato único, los docentes animan a que cada alumno explore lo que le funciona: desde listas de gratitud hasta cartas ficticias o mapas mentales de sus sueños y miedos.

La evaluación no se centra en la forma, sino en el proceso. Lo importante es la constancia, la autoexploración y el respeto del espacio personal. Se han establecido acuerdos claros de confidencialidad para garantizar la confianza en el aula.

El impacto ha sido tal que el AMPA ha financiado una nueva tirada de cuadernos para el próximo curso. La comunidad educativa coincide en que escribir de forma creativa ayuda a formar jóvenes más reflexivos, expresivos y emocionalmente inteligentes.

Este tipo de prácticas demuestran que educar va más allá de transmitir contenidos. Fomentar la creatividad y la introspección desde la adolescencia puede marcar una diferencia profunda en la vida de los estudiantes.

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